ARQ. MARICARMEN SANCHEZ
  Hoja N°1 Reencuentro con Santiago
 

Hoja 1
Reencuentro con Santiago y el mar del Fin del Mundo

Santiago, es un viejo conocido que no había vuelto a ver. Ese lejano primer encuentro me dejó la impresión de alguien muy serio y algo provinciano, desde mi punto de vista de arquitecta quizás, demasiado joven, optimista y orgullosa de venir de Caracas, una ciudad pujante en busca de su futuro. Mi realidad no soportaba comparaciones, mas si concedía respetos.

En el reencuentro actual, la primera impresión es que Santiago es una ciudad “de estreno”, nueva, impecable, supongo que por vivir, lamentablemente, en una ciudad en “devastación”. En este caso las comparaciones son inevitables.

Al revisar las fotografías tomadas en Santiago de Chile, desde la prisa en el intento de fijar el recuerdo, guiadas por el sentimiento que toma el mando sobre la razón, compruebo, con sorpresa, que la mayoría de las imágenes, corresponden a suelos, aceras y calles. La ciudad, la urbanidad, lo público, la voluntad de hacer, cuidar y querer, la ciudad. Nuestras carencias.

Ningún edificio destacado en solitario, grupos corales de paredones urbanos, masas construidas que definen vacíos, bordes, solo suelo, calles, pavimentos, edificios fundacionales, conservación.     

  

Santiago pertenece a esas ciudades que son como la “foto de familia”, donde todos los personajes, conviven y comparten, abuelos, hijos y nietos, generaciones diferentes en sus ropajes y acentos, pero con un innegable aire familiar que las unifica y que las singulariza. Son cúmulos de experiencias, aciertos y desaciertos, como algún invitado no deseado, que se entromete en la fotografia, pero que por contraste, enriquece el conjunto. F5

El centro fundacional, la Plaza de Armas y los edificios del poder, el Palacio de la Moneda, y la Plaza de la Ciudadanía intervenidos como centro cultural, muestra la conciliación entre los tiempos de la arquitectura y sus lenguajes, el Mercado Central combina la elegancia del encaje metálico de su estructura, con el colorido, los aromas y el bullicio de su actividad que vitaliza su entorno. 

Caminar por los alrededores de Santa Lucia y pasear por Lastarria, es vivir en una calle, el sentido de la escala que está al alcance de los pasos y de las miradas. Donde la pieza construida que se desvaneció, por el tiempo o el desuso, dio paso a plazuelas y rincones, o fue sustituida por una arquitectura actual innovadora, que respeta la preexistencia y convive en armonía con sus vecinos mayores. Mantiene su carácter. F8 F9

Pero la ciudad, como la familia, crece y se densifica y se transforma. Nuevos personajes aparecen en la foto familiar, producto de viajes, estudios, logros económicos, una familia próspera.

Recorrer las grandes avenidas, altamente densificadas, Apoquindo, Andrés Bello, Vitacura, transformadas en centros financieros y sedes bancarias, puede producir el desconcierto de la desubicación espacial, geográfica, donde la nueva arquitectura responde a patrones internacionales, a imágenes compartidas con otras latitudes, y quizás modas y modos de ver la arquitectura globalizada, esa anonimia que envuelve a los nuevos “centros” de las ciudades en su necesidad de crecer y expandirse, como el distrito de La Defense en Paris  o el desarrollo del eje de la Castellana en Madrid. F10

Sin embargo, en el caso de Santiago, y a diferencia de Paris o Madrid, se produce un acuerdo sensato entre las piezas, todos comparten la escala, las alturas: el Limite Vertical, a la vez que comparten el suelo, las aceras, los trayectos: el Limite Horizontal. F11 F12

En algunos casos aparecen y se destacan piezas con vocación de solistas en una coral armónica, intentando con mayor o menor éxito, convertirse en solitarios protagonistas de espacios urbanos.

Estas zonas son llamadas coloquialmente por los santiagueños, “Sanhattan”, término que pudiera expresar un sentimiento de orgullo a la vez que un reclamo.

El enfoque en lo público, en el espacio compartido, hace que en todos sus estratos se perciba como una ciudad “amable” y por lo tanto “amada”, condición indispensable para el florecimiento y el desarrollo de cualquier organismo vital. 

A modo de despedida, me alejo algunos pasos hacia el poniente, la costa de Santiago, el borde, el limite, la frontera de la tierra con el mar, el océano Pacífico, este encuentro de geografías abruptas, se resuelve con una ciudad portuaria, singular y patrimonial, Valparaíso, de arquitecturas decimonónicas, que trepan alturas y se conectan entre si a través de ascensores de vértigo. F13 F14

El borde costero continúa hacia Viña del Mar, en una sucesión de balnearios y desarrollos inmobiliarios donde la arquitectura de los dos siglos negocia con el paisaje en diferentes acuerdos, en la mayoría, este paisaje rocoso de mar violento, impone sus reglas y produce un encuentro acordado y respetuoso donde lo construido se funde con una naturaleza imponente. F15 F16 En la Isla Negra, zona cargada de significados y última residencia del poeta del sur, Pablo Neruda, estas pequeñas arquitecturas residenciales para la recreación y el ocio, mantienen el carácter del lugar, y con su tectónica y escala, parecen brotar del suelo y diluirse entre el bosque de pinos y el mar del Fin del Mundo.

 
   
 
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